but that was in another country; And besides, the wench is dead
<En el lejano 2013, César Sánchez me solicitó un prólogo para el libro Pulir de Nacho García. No pareció entonces que el resultado entusiasmase a uno o a otro, pero el editor no se desdijo y puede leerse a la entrada del volumen, primera obra creo de un autor entonces muy joven. Transcribo aquí mi colaboración para general conocimiento y personal descrédito>.
Pour lire Pulir y otras exquisiteces epicolíricas
Polonio era un gramático, esto es, alguien que descubría en la locura el método con sus rotundas estructuras y constelaciones, Polonio, detrás de la cortina icónica que le viste nazarenillo y le acaba sebastiano, reunido con Nacho García, renovaría acaso sus consejos afamados y afanosos, y los chocolatearía de un tedio sobre el que resbalarían los enigmas, que no otra cosa son los que se vienen acercando en las páginastras esta, y los emblemas, que de tal fungen, Fulgen, de Pulir.
Sucede
que la estética es la historia de querer reducir la selva virgen (también llamada
no sabemos nada, quod nihil scitur) a jardín francés para, una vez
logrado tan paladino propósito, celebrar bien lo francés del jardín, bien lo
renovadamente selvático de la nueva entrega. O bien justo al contrario,
malquistarnos con el jardinero tras una exhibición de de ironía, sarcasmos o
insultos.
En
lenguaje científico, le pillamos o creemos pillarle el truco a alguien. Eso a
veces nos deleita para alabarle y a veces para denigrarle. Y también, nos
percatamos de que la obra (la obras sucesivas, también conocidas como el artista)
sobrepasa nuestro sonrosado sistema neoclásico, edificado para la ocasión con
el concurso de los más nobles tiralíneas.
No
obstante, la estética, el gusto y el disgusto también sufre la determinación a
la que se alude con el famoso latinajo de artifex additus artifici, el
cual tanto nos recuerda a Nemrod y su soberbia aedificatoria. Sin
embargo, lo cierto es que somos un filtro para el artista, transformamos lo que
nos llega y es ya otro objeto hola pues es un objeto seamos nosotros artífices
hh o nos quedemos en meros artificieros. No vale la grandeza, lo sublime, la
presencia real: tal reverencia es resultado también de aplicar un filtro cuando
veas la banda pasar, cuando veas pasar a la banda.
Y
ya que hablamos de Croce recordemos su suerte y su nombre, su síntesis del
momento y la eternidad.
La
viñeta es una botella que no tiene otro remedio que golpear contra sus cuatro
paredes canónicas, más ofuscantes y más huis clos cuanto menos trazadas
y pasadas a tinta simpática.
En
cuanto al humor, lo que seguiría de lo dicho nos lo mostraría como un exceso de
cálculo o una negación del cálculo previsto, pero no tenemos que ser exceso o
esa negación están ya en lo mecánico, que es la manera que los últimos Magos
encontraron para (no es preciso lo orgánico, hola el bacon o panceta, los
desayunos que sirve de una sobrina) definir el vacío que todo sistema dibuja.
Hoy
el humor es construir ese vacío. Luego llega Don Horror Vacui, hay que
ver qué cambiado está usted, y cada cual se pone a rellenarlo, esto es, a
desaparecerlo (valga el oxímoron, la paradoja y la oxitocina) bien luego y
según su artificio propio, el cual podrá venir definido por otro mecanismo o no.
Porque el humor y Nacho García parece ser así, madame, un mecanismo que crece y
se reproduce con las variaciones que son propias de lo que nos parece
inabarcable.
Y
es que en cuestión de tebeos, ya se sabe, no hay mejor salida que afectar que
se reconoce que los impulsos de uno tienen algo de mecánico.
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